Bueno, esta vez fui a CDMX (Ciudad de México, antes llamada Distrito Federal), inicialmente fui por el concierto, pero aproveché y estuve paseando un poco por la Alameda central, que en lo personal es lo que más me gusta, por los árboles de jacaranda principalmente. Otro sitio que visité fue por supuesto el Barrio Chino, tristemente ya no es lo que era, pero aún es algo pintoresco; refrescando mi recuerdo de Bellas Artes, y de ahí, partí hacía SIX FLAGS.
Siendo honesta no me llamaba demasiado la atención ir, pero como estaba lo del festival MARDI GRAS (una versión demasiado light de lo que es en el original de Nueva Orlean) pues me animé y al fin fui a conocer Six Flags. Me esperaba más, pero está muy bien el lugar, esperaba que las famosas montañas rusas fueran del doble de altura, aun así imponían, pero en TV se ven demasiado impresionantes. Lamentablemente en la mayoría de las atracciones está prohibido llevar cámara o celular, si se lleva es bajo tu propio riesgo, te lo advierten. Me subí a la rueda de la fortuna, y ahora sí que como una popular canción “como veía que resistía” pues ya me animé y que me subo a una montaña rusa, originalmente iba a la atracción de Batman, pero como tiene tramos de efectos (reales) de agua iba a salir toda empapada, y de ahí me iba al concierto, no podía irme toda mojada, así que cambié de opinión y que me subo a la famosa “Medusa”, que por su estructura de madera parecía como si se fuera a quebrar en cualquier momento (eso de ver las películas de “destino final” o “final destination” la 3° específicamente, no ayudó mucho), pero que me armo de valor y allá voy, un ahora de fila para salir en un minuto, máximo dos del juego. Eso sí, grité bien bonito, pero fue liberador. Después fui al de “SuperGirl”, a la casa de los espantos, con la temática de “verdugos”, y todo muy bien, la verdad quedé complacida (no me dio miedo la de los espantos, pero estuvo muy bien aun así 🙂 ), después ya me dirigí a una banca para poder ver el desfile del “Mardi Gras”, eso fue lo que no me convenció tanto precisamente, solo duró 15, máximo 20 minutos, y fue versión familiar, claro. Pero bueno, ya conocí y se me quitaron las ganas. Después del desfile fui por último al carrusel, ya que se acercaba la hora de irme. Aunque por la mercadotecnia y más uno se espera demasiado de Six Flags y puede salir decepcionado, es un parque muy bueno en realidad, eso sí, hay muchos juegos que sí te cobran aparte, no tienen acceso solo con la entrada, pero la mayoría, y lo que son todas (o casi todas) las montañas rusas para quienes son de emociones fuertes, si las incluye la entrada, así que disfrútenlas 🙂
Y finalmente, ahora sí, una vez más a un concierto de Pablo Alborán. Éste viene siendo mi tercer concierto de él, y lo pude disfrutar más que el anterior, ya que no sé si lo llegué a comentar, pero por ciertas situaciones incómodas me perdí media hora en el anterior, lo cual me dejó muy triste.
Afortunadamente esta ocasión llegué bastante a tiempo (dos horas antes, andaba medio chisqueada por la vez anterior), y fueron casi dos horas maravillosas, puedo entender porque alguien es fan y va tantas veces a ver a un mismo artista, poder verlo evolucionar con el paso del tiempo, y de cierta forma evolucionar con ellos, se siente genial. Espero poder seguir asistiendo a muchos conciertos más de él 🙂
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